jueves, 6 de octubre de 2011

Consejos (no tan) pelotudos.



Hijo, nunca fui bueno dando consejos

pero igual intentare con esmero

decirte algunas cosas de provecho

por ejemplo:

aprovecha los días de frío

son buenos para los abrazos

como buenos son los días de calor

para soltar prenda y desnudarse

también los días templados tienen lo suyo:

la primavera (ya se sabe ) se invento

para retozar en los yuyos.

las noches en cambio son un misterio

respecto a ella solo te puedo sugerir

lo que dice aquella canción

que un viejo amigo canto:

Consíguete una buena compañía

para ver las estrellas.

Asume y en vez de porquerías

consume cosas bellas









aconsejar no es fácil

por eso mi madre ( siempre tan practica)

en lugar de perder el tiempo en vanos consejos.

decidió con infinito esmero dedicarse

a corregir todo lo defectuoso que existe en mi

Su frase preferida fue una advertencia

que a todo momento como un mantra

una y otra vez siempre me repitió:

¡no se te ocurra … no se te ocurra…!


(Allí donde se ven puntos suspensivos el amable lector puede colocar

Todo lo que su imaginación le dicta y mucho, muchísimo más)


Cambiaban los escenarios, el tiempo, los personajes o la situación

Pero la advertencia recurrente jamás nunca falto.


Verano en la playa:

No se te ocurra bañarte después de comer!!!

Invierno al ir al colegio:

No se te ocurra salir sin bufanda ¡!!

En la adolescencia:

No se te ocurra acostarte sin bañarte.!!!

En la juventud:

No se te ocurra casarte con esa chiruza ¡!!


Pero resulta que a mí

no se si por capricho o por falta de inspiración

siempre se me ocurrió hacer todo aquello

que empecinadamente me decían que no.

Mi abuelo Toribio siempre tan ecuánime

me decía sin animo alguno de aconsejar:

“¡ Luisito, no te preocupes de más

Son cosas que ocurren nomas!”



9 comentarios:

  1. Los abuelos, sin la presión de convertir a los hijos en los mejores, aconsejan mucho mejor que los padres.


    besos

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  2. Me encanta escuchar consejos son producto de la sabiduría
    Interesante estos tuyos y te tu sabia madre
    Besos

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  3. Brillante.
    Y el abuelo tenía razón, eso sin quitarle mérito al trabajo de madre.Pobres madres/padres,al final:
    "Los nietos son el regalo que la vida nos da por habernos aguantado sin matar a los hijos"...

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  4. Los primeros buenos consejos son. Los de la madre más que consejos advertencias. Y el del abuelo de amor.

    Besos desde el aire

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  5. Los primeros me encantaron, los de la madre son de todas las madres, la mia tambien, jaja. Un abrazo

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  6. Toribio sabía de la vida.
    Si.

    Saludos.

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  7. Todas las madres tenemos esa densidad =(
    Cuando fui hija padecí los "no se te ocurra" de mi vieja, que por supuesto hice lo que se me ocurrió y en otras obedecí amorosamente. Y me dije cuando tenga mis hijos no seré así de pesada y leeeentaaamenteeee, leeeveeemente, para luego pasar a ser claramente y ahora ya definitivamente una copia feroz de mi vieja, entonces mis hijas cuando me vuelvo un plomazo, me dicen "abuela Pepa, deja ya el cuerpo de nuestra madre, fuera" O "madre estás poseída por la abuela, libérala mujer" y me hacen reír tanto que digo maaa siii, salí sin bufanda, con 5 grados no querés llevar campera????? ¡¡¡c...de fríoooo!!! Y chau!!

    Besos!!

    Qué amor tu abuelo Toribio =)

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  8. Buenos y sabios consejos que pueden parecer tediosos... pero sólo cuando transcurre el tiempo y de hijos pasamos a ser padres es cuándo realmente damos el valor que esos consejos tienen.. Un abrazo.

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  9. Sabio consejo el del abuelo Toribio.
    Consejos y advertencias vistas desde un perspectiva amable, divertida.
    El mantra de la madre, fantástico "no se te ocurra....!
    un abrazo.

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