sábado, 4 de agosto de 2012

"Yo no soy mi dolor"


No importa tu edad, tu nivel económico, tu grado de estudios, tu estado civil, tu árbol genealógico... Si hay algo de lo que podemos estar seguros al escribir estas líneas y pensar en el futuro lector, es que estará dirigida a alguien que experimenta y ha experimentado dolor.
 El dolor es como un hilo que va enhebrando a todos los seres humanos, sin distinción. Quizás la única distinción sea lo que cada uno de nosotros hacemos con nuestro dolor.
 Hay seres que, gracias a su dolor, se convierten en personas luminosas, cuya entereza nos alienta cuando nos sentimos flaquear ante nuestras propias dificultades.

Como sabrás, en algunas culturas, por razones de supuesto honor, dos personas podían "retarse a duelo": elegir armas, y, caminando en direcciones opuestas, en un determinado momento disparar para abatir al contrincante. Esa bárbara costumbre se re edita cuando cualquiera de nosotros debe enfrentar un dolor: curiosamente, implica algo así como retarse a duelo con el dolor. Esto es: no suprimirlo, no negarlo, no enfurecerse contra él, no regodearse en él...

Es buena la imagen del duelo: uno mismo, dando varios pasos para des-identificarse del dolor y, desde esa distancia, darse vuelta y mirarlo de frente, desde lejos. Así, apercibirse de que uno no ES el dolor. El dolor está en MÍ, pero YO soy mucho más que mi dolor. Puedo hacer que una parte de mí se separe de él, y lo vea como algo distinto de mí, así me esté muriendo. Y eso que se des-identifica, NO PARTICIPA DEL DOLOR. Está frente a él, con extrema dignidad.


Pero en esta contienda, batirse a duelo con el dolor implicará, al darse vuelta, en vez de desenfudar un arma y tratar de aniquilarlo, volver sobre nuestros propios pasos, acercarnos a él y decirle: "No soy tú. Porque yo soy mucho más que mi dolor". 
Mirar al dolor a los ojos, y en vez de fusilarlo, abrazarle. Y llorar juntos lo que haya que llorar. Y entonces sí, dejarlo ir. O dejarlo quedar hasta que cese, pero ya sin olvidar que uno mismo no es su dolor
 Aunque sea difícil hacerlo, es posible. No se trata de un acto, sino de un proceso. Un proceso que se despliega poco a poco, que no puede forzarse, pero que, para que se produzca, requiere de nuestra disposición a vivirlo, simplemente.



José Luis Martín Descalzo lo expresó de modo magistral, escribiendo este poema en tiempos muy penosos de su vida (te proponemos leer su extracto biográfico al final):


Nunca podrás, dolor, acorralarme.
Podrás alzar mis ojos hacia el llanto,
secar mi lengua, amordazar mi canto,
sajar mi corazón y desguazarme.

Podrás entre tus rejas encerrarme,
destruir los castillos que levanto,
ungir todas mis horas con tu espanto.
Pero nunca podrás acobardarme.

Puedo amar en el potro de tortura.
Puedo reír cosido por tus lanzas.
Puedo ver en la oscura noche oscura.
Llego, dolor, a donde tú no alcanzas.

YO decido mi sangre y su espesura.
YO soy el dueño de mis esperanzas.

José Luis Martín Descalzo fue un humanista cristiano de origen español . Sacerdote, periodista, poeta, autor dramático y novelista (1930-1991). Al momento de escribir este poema, y muchas de sus mejores obras, padecía una grave enfermedad renal, que le obligó a estar sometido a diálisis durante años, en los cuales no dejó de sembrar esperanza y vitalidad por donde fuera. La ilustración es un autorretrato de Frida Kahlo, pintora mexicana quien también supo, desde su extremo dolor físico (a partir de un accidente que le dejó destrozada, con múltiples penurias crónicas y limitaciones físicas), a pesar de los pesares... crear Belleza. Esta obra se llama "Columna rota".


 VIRGINIA GAWEL

http://pensamientosensible.blogspot.com/



9 comentarios:

  1. Yo no soy mi dolor.

    Ver este título y correr a leerte fue una sola cosa. Siento que este post que subiste me alivia, me tranquiliza, me cura, me deja aire y me hace pensar y reflexionar en la tremenda sabiduría de poder decir YO NO SOY MI DOLOR

    soy mucho mas que mi dolor
    ¿sabés?
    Mañana domingo, cumplimos con el Club de poetas dos años de ciclo, si alguien de las personas que me han acompañado todo este tiempo supieran cómo he organizado las fechas y cómo he ido mas de una vez, no lo podrían creer. Cuando pensé en esto puntualmente, pude entender eso de poner distancia entre el dolor y yo. Son las cosas que amamos hacer las que nos curar. Puse este ejemplo, por poner algo que acabo de pensar, pero uno a diario tiene la impresión de que somos mas que el dolor. Y a veces (también somos humanos) nos sentimos pequeñitos abrumados esperando que alguien nos abrace y nos haga sana sana colita de rana, para qué nos vamos a engañar!

    Lo bueno es poder decir estos versos finales y creerlos hasta el fondo de la raíz


    YO decido mi sangre y su espesura.
    YO soy el dueño de mis esperanzas.

    Un inmenso abrazo Luis, leerte me hace bien ;)

    ResponderEliminar
  2. Es curioso que también tuviera pensado publicar una entrada titulada "El dolor". Aunque bien mirado, con los timepos que corren, más que casual casi parece "razonable" estar hablando del dolor.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. En estos dias me bati a duelo con el dolor y creo qaue lo estoy derrotando
    Estupendo poema
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Pato:

    Presentía que era la clase de post que te iba a tocar...por varios motivos.
    San Francisco hablaba del hermano sol,hermana luna,la hermana soledad y hasta de la hermana muerte...entonces porque no animarnos a hablar del hermano dolor
    No se trata ,obviamente de una actitud masoquista,(mas bien todo lo contrario).
    Se trata de reconocer nuestra vulnerabilidad sin dejarnos hundir,de no negar lo que nos sucede porque el dolor ,tanto sea como síntoma especifico o en su constancia crónica,tiene un mensaje para darnos.
    Y el mensaje ,nunca tiene que ver con el anclarnos con el sufrimiento innecesario o con empantanarse en eternas quejas y si con expresarlo con dignidad,para transmutarlo como Frida en Belleza.
    No es fácil,pero como bien dice Virginia en su articulo: "Aunque sea difícil hacerlo, es posible.
    No se trata de un acto, sino de un proceso " y ese acto nos vuelve mas humanos , mas hermanados con los otros que sufren.
    Y es así como sanamos...el dolor se va yendo despacio,no por arte de magia,sino por obra del amor que sucede dentro nuestro:el de reconocernos mas humanos y por lo tanto cada vez mas cerca de otros humanos.Y es esto lo que yo entiendo por estar mas cerca de lo divino .
    Aclaro:nunca pude imaginar un Dios que se esconda en templos,iglesias o sinagogas y si un Dios que se hace presente cuando nosotros simples humanos asumimos el coraje de reconocernos seres sensibles y con la valentía de saciar nuestra sed de amor nos unimos en un amoroso y fraterno abrazo de re-encuentro con lo mejor de nosotros mismos.
    Quien iba a decir que el dolor ,ese visitante indeseado, tendría algo para decirnos ?

    Un fuerte abrazo desde Montevideo.

    ResponderEliminar
  5. Ay Luis, Montevideo en tus palabras se vuelve tan cercano!

    Ayer pensaba (y sentía) que el dolor tiene algo que decirme, precisamente algo como lo que vos me estás diciendo ahora. Estoy buscando la forma mas breve de decir algo simple, ayer me sentí dichosa antes, durante y después del encuentro con la gente que frecuenta el Club. Yo no puedo ni compararme en la suela de los zapatos con una artista como Frida, y son su inmensa capacidad para cerar belleza, mi admiración hacia ella y su obra y su lucha me vuelve pequeñita, pero sí puedo decir que el dolor viene para decirnos algo y puedo decirte mas, que a veces hasta conseguimos callarlo. Anoche era tal mi "no se qué" no tengo palabra podría ser "alecidad" "feligría" "flotacielo" "subileras" "arena y menta"...Dicha, ponele. Que no tuve dolor. No pude "escuchar" las palabras del dolor. Este mes sólo yo se lo que me costó atravesarlo y sobreponerme y sonreír y seguir y toooodo eso que seguramente sabés de memoria, pero ayer te juro que conseguí callarlo y hablar yo. Que tampoco hablé tanto, pero acomodé el espacio para que otros lo hagan, quité malezas, regué plantines, puse un sol, quité hormigas, poesía de piso que le dicen.

    Otro abrazo y mil gracias!

    ResponderEliminar
  6. Amigarse con el dolor, hacerlo nuestro amigo hasta abrazarlo, es lo mejor que podemos hacerle a ese guacho...! ;)
    Maravilloso post... al igual que los comentarios...
    "Son las cosas que amamos hacer las que nos curar."
    Un besote gigante para vos y para Pato... los quiero mucho... :)

    ResponderEliminar
  7. Lapislazuli ,gracias por estar siempre presente...

    ResponderEliminar
  8. Reina ,es necesario decirte que tus comentarios se han vuelto imprescindible para este blog?

    Besos

    ResponderEliminar
  9. No es necesario... pero es lindo escucharlo.... ;)
    Un beso

    ResponderEliminar