Continuara…

El genio sale de la lámpara pero no ve  a nadie a su alrededor.

Se dirige hacia la ciudad más cercana con el propósito de encontrar a alguien dispuesto a reclamarle los clásicos tres deseos. 

Al llegar a la avenida principal se detiene a observar a los peatones que caminan apurados con la mirada perdida. Todos lo ignoran nadie le presta atención. 

El genio convencido de la importante misión que tiene que cumplir no se resigna fácilmente. Detiene a las personas en la calle y mirándolas a los ojos le pregunta:  

 ¿Cuál es tu mayor deseo?                                                                                                                              ¿Qué harías si pudieras hacer tu sueño realidad ?   Ahora es el momento de que  se cumpla lo que mas deseas ¿Vas a dejar pasar esta oportunidad?                                                                                   

La gente lo aparta empujándolo a un costado, algunos alegan que no pueden llegar tarde a trabajar, otros corren a las tiendas: es día de liquidación, la mayoría ni siquiera entiende de que habla.Abatido y con hambre entra a un bar, se sienta en un rincón y le pide al mozo un café, un sándwich y una lapicera.

 Sonríe, que ironía- se dice a si mismo-acabo de pedir mis tres deseos…

En una servilleta de papel, comienza a escribir sin parar…

Continuara…

Este texto lo encontré en  el cajón de un viejo escritorio que tengo archivado desde hace años en un depósito. Leo el manuscrito y reconozco, en el papel amarillento, mi destartalada letra.

Hago memoria, pero por mas que intento recordar, no se en que momento lo  escribí.

Cálculo que fue siendo un adolescente de quince o dieciséis años o sea en la época que tenía el escritorio en mi cuarto antes de mudarnos de casa. Tampoco recuerdo como continúa la historia, si es que tenía un final o quizás la intención era la de un final inconcluso.

Hoy a mas de treinta años lo leo y me pregunto como seguiría la historia…me siento tentado a continuar escribiendo… La frase continuara la siento casi como una provocación.

¿Pero de que manera la escribiría? ¿Intentare emular  la inocencia y pasión de aquel lejano adolescente que alguna vez fui, o la escribiré con mi actual mentalidad adulta?

Continuara…