De tanto
leer escrituras sagradas
se olvido de
mirar los ojos de los que la rodeaban
De tanto
desear lo ideal
los milagros
pasaron desapercibidos a su costado.
Buscando el
nirvana
produjo el
infierno a sus semejantes
La
generosidad de la primavera
la acaricio pero ella estaba muy ocupada en
sufrir
Absorta en
su malestar
No supo
apreciar la transparente nitidez de aquella mañana.
Si nos regodeamos en el sufrimiento, nos perdemos las alegrías.
ResponderEliminarBesos desde el aire
No entendió bien la espiritualidad.
ResponderEliminarAbrazo.
A mi me vino fantástico leer un post que vos subiste sobre el dolor. Desde ese día me lo acuerdo y lo repito a menudo, YO NO SOY MI DOLOR.
ResponderEliminarGracias!