El peligro que corremos con las relecturas de las novelas
que nos gustaron es que puedes llevarte una decepción, porque lo que tu memoria
recuerda es la novela rodeada del ambiente personal en que la leíste y no la
novela en sí. Pero probablemente acercarse a la relectura es a la larga un
acierto. Que ya situados en otro ambiente, en otro año, en otra semana conectas
con la historia de otra forma y encuentras otros matices de los que quizás ni
siquiera te diste cuenta de que existían
Tengo novelas como tesoros guardados
en la memoria por la época en que las leí, por el ambiente personal que las
encerraba, que las ha hecho mágicas y me da pavor coger el libro de nuevo y
destrozar el recuerdo. Por eso poseo novelas intocables, guardadas en la
memoria y en la biblioteca de mi casa como tesoros, sé que no las leeré nunca
más, por no destrozar un sueño, un tiempo feliz.
Pero existen en mi biblioteca
otros libros fuertes, seguros de sí mismos, que aguantan batallas, ambientes
distintos, diferentes edades, emociones dispares y resisten al borde de ese
precipicio en el que puede convertirse una relectura.
El peligro de releer
María Aixa Sanz.
Flamel
dice al respecto: Después de tanto tiempo he vuelto a leer aquella novela que
me fascino en mi adolescencia y descubro que aquel personaje que moría de
melancolía en el capitulo trece, ahora es un asesino serial que mata de
tristeza a los lectores.
Particularmente creo que una relectura nos abre un libro nuevo. Salvo que el tiempo que haya pasado entre una y otra lectura sea muy breve, si ha pasado un tiempo prudencial, nosotros no somos los mismos, y esa evolución (o involución, depende) nos pone en otro lugar como lectores. La trama será la misma, pero nuestra manera de recibirla, es diferente.
ResponderEliminarMe he quedado pensando qué novela será la que decís vos...
Besos
Coincido con Pato...eso sí no me ha ocurrido lo de decepcionarme con una relectura, supongo que he elegido bien que cosas releer...O no he cambiado tanto, que se yo!
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