lunes, 6 de junio de 2011

el príncipe y el mago


Para mi hijo Demian


Érase una vez un joven príncipe que creía en todo, salvo en tres cosas. No creía en las princesas, no creía en las islas y no creía en Dios. Su padre, el rey, le había dicho que esas cosas no existían.

Como no había ni princesas, ni islas en los dominios de su padre y ningún signo de Dios, el príncipe creía en su padre.

Pero un día el príncipe se escapó de su palacio y llegó a otras tierras. Ahí, ante su asombro, vio islas desde la costa, y en estas islas vio a unas extrañas criaturas que no se atrevió a nombrar. Mientras buscaba un bote, se le aproximó un hombre elegantemente vestido.

-¿Esas son islas verdaderas?, preguntó el joven príncipe.
-Por supuesto que son islas verdaderas, dijo el hombre elegante.
-¿Y esas extrañas criaturas?
-Son princesas auténticas y genuinas.
-Entonces, ¡Dios también debe existir!, exclamó el príncipe.
-Yo soy Dios, respondió el hombre elegante haciendo una reverencia.

El joven príncipe regresó a casa lo más rápidamente que pudo.

-Veo que has regresado, dijo su padre, el rey.
-He visto islas, he visto princesas y he visto a Dios, dijo el príncipe en tono de reproche.
El rey permaneció inmutable y dijo:
-No existen islas verdaderas, ni princesas verdaderas, ni Dios verdadero.

-¡Yo los vi!
-Dime cómo estaba vestido Dios.
-Dios estaba elegantemente vestido
-¿Tenía las mangas de su vestón enrolladas?

El príncipe recordó que efectivamente el hombre llevaba las mangas de su vestón enrolladas. El rey sonrió.
-Ese es el uniforme de un mago. Has sido engañado.

Ante esto, el príncipe regresó a esas tierras, y fue a la misma playa, donde nuevamente se encontró con el hombre.
-Mi padre, el rey, me ha dicho quién eres tú, dijo el príncipe indignado. La última vez me engañaste, pero no lo harás nuevamente. Ahora sé que ésas no son islas verdaderas, ni princesas verdaderas porque tú eres un mago.

El hombre de la playa sonrió.
-Eres tú quién está engañado, muchacho. En el reino de tu padre hay muchas islas y muchas princesas. Pero tú estás bajo el hechizo de tu padre y no puedes verlas.

Pensativamente, el joven regresó a casa. Al ver a su padre lo miró a los ojos.
-¿Padre, es cierto que tú no eres un verdadero rey, sino sólo un mago?
-Sí, hijo mío, soy sólo un mago.
-Entonces el hombre de la playa es Dios.
-El hombre de la playa es otro mago.
-Debo saber la verdad, la verdad más allá de la magia
-No hay verdad más allá de la magia, respondió el rey.

Al príncipe lo invadió una gran tristeza. Dijo: entonces me mataré.

El rey, mediante la magia, hizo aparecer a la muerte. La muerte se detuvo en la puerta, llamando al príncipe. Éste se estremeció. Recordó las bellas, pero irreales islas y las irreales, pero bellas princesas.
-Muy bien, dijo… Puedo aceptar que tú seas mi mago.
-¿Ves, hijo mío?, dijo el rey: También tú ya comienzas a ser un mago



)(John Fowles, En Bandler, R. y Grinder, J. 1994: 17 ss)

6 comentarios:

  1. Hola, Flamel! No leí esta entrada porque ahorita voy fugaz por Internet, pero vendré pronto. Los exámenes se contraen ante mí como el espacio-tiempo en la proa de una nave cuasi-lumínica XD Ya tampoco he estado en el foro y la razón básica es la universidad.

    Oye, no me había dado cuenta hasta ahora que nacimos el mismo día del mismo año, y eres la segunda persona que conozco que coincide en eso conmigo.

    Bueno, como suelo decir, nos estamos leyendo. Hasta luego!

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  2. impecable.. oportuno.. sincrónico...
    Gracias

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  3. Damian :tengo una pequeña intriga,como sabes que nacimos el mismo dia del mismo año?

    Laura:bienvenida a razones locas,ya estoy visitándote.

    Besos

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  4. Interesante relato. Qué sería de la vida sin la magia. Magia en las palabras, eso tienes tú.
    Un fuerte abrazo.


    www.hablaspalabras.blogspot.com

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  5. Flamel: La explicación de que sepa eso es que he visitado tu perfil del foro y allí dice tu fecha de nacimiento, además que el 12 de abril postearon una felicitación para nosotros dos.

    Por otra parte, el cuento me pareció muy inquietante.

    Saludos.

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  6. Hola Flamel
    vengo a agradecer tu visita en Mis Vendimias y como el mejor pago a las letras es leerlas, me quedado leyendo tus magníficas entradas.

    Desde el nombre, hasta lo que dices, es acertado, te felicito.

    Un cordial saludo de una dominicana desde Sevilla.
    Espero que vuelvas a Mis Vendimias.

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