Uno
nunca sabe cuándo le va a llegar la hora.
Pero mi médico insiste en que si sigo
sin hacer ejercicio físico y sin cumplir al pie de la letra con la estricta
dieta alimenticia que me recetaron junto a media docena de pastillas diarias,
que me vaya haciendo la idea de que este invierno voy a usar un sobretodo de
madera.
Yo
lo escucho atentamente.
No
es la primera vez que intenta asustarme. En realidad no es mal tipo, es más
creo que sus intenciones son loables, pero resulta que es muy torpe en el arte
de la persuasión.
Hace ya tiempo que pronostica mi muerte y cada
vez que salgo de su consultorio me siento como un zombi. Un zombi diabético,
hipertenso, con colesterol alto y artritis reumatoide pero zombi al fin.
Fue
su último desesperado intento para que yo tomara conciencia de las virtudes de
la abstinencia. Sin embargo tenía razón.
Al salir esa tarde del consultorio lo atropello un coche.

Es que cuando uno se acostumbra a un médico... Pero parece que este paciente les va a sobrevivier a todos jeje
ResponderEliminarDalo por seguro.
EliminarSaludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue risa!!!
ResponderEliminar(debo ser malísima)
Pilar,nada de malisima!!! que la risa es salud !!!
EliminarEl médico que elegimos puede ser determinante para nuestras vidas...
ResponderEliminarUn beso medicinal ( o dos).
o para nuestra muerte...
EliminarBeso.
Auch =( pobreeee
ResponderEliminarpensé en mi médico que me cae tan bien, reconozco que es mas persuasivo que el tuyo, espero que este relato sea pura ficción, no me refiero al médico, me refiero a tu salud, espero que te estés cuidando ;)
besos
voy a ver si vuelvo al blog, creo que me está matando la realidad
Bueno,estimada pato...entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera ...entre fantasmas no nos vamos a pisar la sabana...es decir que entre escritores (o pichón de escritor en mi caso ) no nos vamos a decir que hay de cierto o no en lo que escribimos,pero algo de real hay en mis palabras...por eso recurro a la medicina de la escritura. Besos.
EliminarMe ha gustado tu relato, tiene algo de verdad y mucho ingenio.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Un cálido abrazo
sin duda estar vivo te conduce irremediablemente a la muerte,la vida es una enfermedad cronica e incurable,pero me resulta mas dificil de entender la inmortalidad, es como lo infinito, son conceptos mas dificiles de asimilar que la sencilla muerte.
ResponderEliminarKlee ,tu comentario me trajo a la memoria este poema de J.L.Borges
EliminarManuel Flores va a morir.
Eso es moneda corriente;
morir es una costumbre
que sabe tener la gente.
Y sin embrago me duele
decirle adiós a la vida,
esa cosa tan de siempre,
tan dulce y tan conocida.
Saludos,gracias por tu presencia.
jajaja, nadie muere en la víspera Luis.
ResponderEliminarY te cuento un secreto...
(el sentido del humor rejuvenece y alarga la vida)
Besos.